Preparación
Preparación del bizcocho:
Lo primer que haremos es engrasar 3 moldes de 20 cm. Reservamos. Precalentamos el horno a 160ºC.
Ponemos todos los ingredientes secos en un bol y los combinamos con unas varillas.
En una jarra ponemos: los huevos, el suero de leche, el aceite de girasol y la vainilla. Mezclamos con los ingredientes secos.
Poco a poco añadimos el vino. Mezclamos muy bien. Para luego, dividir la masa en los 3 moldes que teníamos previamente preparados.
Horneamos entre 34-37 minutos, depende del horno que usemos, pero la prueba de que están hechos es pinchar una brocheta y si sale limpia ya están.
Sacamos los moldes del horno y los dejamos enfriar durante unos 10 minutos, pasado ese tiempo, los desmoldamos y los dejamos sobre una rejilla enfriadora, hasta que estén completamente fríos.
Una vez tengamos los bizcochos fríos, cogemos un plato, donde vayamos a servirlo y ponemos la primera capa. Reservamos.
Ahora vamos a hacer la crema de melocotón. Lo primero que haremos será batir muy bien, durante 7-9 minutos la mantequilla (250 gr.) junto con el azúcar glas, hasta que nos quede una crema ligera y homogénea.
A continuación ponemos la cucharadita de vainilla en pasta y las 6 cucharaditas de leche. Mezclamos a velocidad baja. Cuando esté todo bien mezclado subimos la velocidad a alta y dejamos que nuestra crema se bata durante otros 7-9 minutos.
Una vez tengamos la crema lista, añadimos la pasta de melocotón y volvemos a mezclar pero a velocidad baja.
Ahora vamos a montar nuestra tarta. Ya tenemos una capa puesta en el plato así que ponemos parte del relleno (pensad que tenemos que hacer 2 capas), y así sucesivamente con todas las capas de bizcocho.
Una vez hayamos rellenado nuestra tarta es el momento de hacer la cobertura.
Para la cobertura batimos los restantes 180 gr. de mantequilla con los 140 gr. de cacao puro, así como los 650 gr. de azúcar glas. Mezclamos a velocidad baja y luego subimos a alta durante otros 9-10 minutos. Una vez esté la crema totalmente mezclada, empezamos a poner cucharadas de leche. Más o menos hasta que nos quede una crema lo suficientemente densa para cubrir muy bien nuestra tarta.
Usamos una espátula pastelera para cubrir los lados y la parte superior. Nos tiene que quedar una capa más o menos gruesa.
Finalmente, vamos a hacer una ganache de chocolate y vino para el toque final. De modo que ponemos el chocolate Negro en un bol troceado. En una cacerola calentamos la nata y el vino, hasta el punto de ebullición. Retiramos el fuego y volcamos sobre el chocolate que teníamos reservado.
Dejamos reposar 5 minutos.
Pasado ese tiempo y con unas varillas, en el centro del bol y muy suavemente vamos removiendo, muy poco a poco, hasta que nos quede una crema de chocolate de color muy brillante.
La volcamos encima de nuestra tarta, lo más centrada que podamos, para hacerla caer por los lados de forma armoniosa.
Su sabor es muy intenso.
